El
palacio estaba inaugurado y había que amueblarlo. En los primeros años, Luis
XIV, solo permanecía allí durante el día. Las dificultades económicas, a causa
de la guerra que libraba por entonces hicieron que la residencia fuera amueblada más
modestamente y, hasta que no estuvo terminada, el rey no comenzó a dormir allí.
Cámara
de la Emperatriz María Luisa. Antigua habitación de Luis XIV.
Para
adornar la Galerie des Cotelle se encargaron 24 cuadros, de los cuales 21 son
de Jean Cotelle, retratista, miniaturista y pintor de Luis XIV. De ahí que la
galería lleve su nombre. Estos cuadros representan las arboledas y jardines de
la época en que se encargaron, en 1687, dejando así un testimonio de cómo eran
en el siglo XVII. Terminada
la Primera Guerra Mundial, el 4 de junio de 1920, en esta galería se firmó el
Tratado de Paz con Hungría.
Para
acudir al Gran Trianon, era necesario tener una invitación real. Con
regularidad organizaba cenas cuya finalidad era tener controlada a la Corte,
aunque pocos invitados podían pernoctar en el palacio, debido a los pocos
alojamientos de que disponía.
Salón
de los Espejos.
Sala del Consejo de Luis XIV. Conserva la decoración original, pero no los muebles que se vendieron durante la Revolución.
Sala del Consejo de Luis XIV. Conserva la decoración original, pero no los muebles que se vendieron durante la Revolución.
Salón
de la Capilla.
Desde 1691 hasta 1705, la distribución y decoración del palacio variaba en función de la parte en la que el rey decidía instalarse. Este salón fue transformado en antecámara en 1692, cuando Luis XIV se trasladó aquí, aunque conservó la función de capilla. Las puertas del fondo se abren y dentro hay un altar. Una vez la misa había sido cantada, las puertas se cerraban. El cuadro que se encuentra a la izquierda es de María Leczynska, testimonio de su estancia en el Gran Trianon.
Desde 1691 hasta 1705, la distribución y decoración del palacio variaba en función de la parte en la que el rey decidía instalarse. Este salón fue transformado en antecámara en 1692, cuando Luis XIV se trasladó aquí, aunque conservó la función de capilla. Las puertas del fondo se abren y dentro hay un altar. Una vez la misa había sido cantada, las puertas se cerraban. El cuadro que se encuentra a la izquierda es de María Leczynska, testimonio de su estancia en el Gran Trianon.
Salón
de Música.
Antecámara del primer apartamento de Luis XIV y lugar donde cenaba con música. Por encima de las puertas, hay unos postigos y, tras ellos en un entresuelo, se colocaban los músicos que tocaban durante las comidas. Napoleón lo convirtió en el Salón de los Oficiales y Luis Felipe, en una sala de billar para sus hijos.
Antecámara del primer apartamento de Luis XIV y lugar donde cenaba con música. Por encima de las puertas, hay unos postigos y, tras ellos en un entresuelo, se colocaban los músicos que tocaban durante las comidas. Napoleón lo convirtió en el Salón de los Oficiales y Luis Felipe, en una sala de billar para sus hijos.
Salón
de la familia del Emperador.
Esta habitación ocupa una parte de la que fue sala
de espectáculos, construida cuando el palacio. En 1703 se instaló aquí el
tercer apartamento de Luis XIV. En el siglo XVIII se convirtió en salón de
juegos y se mantuvo hasta el Primer Imperio. Con Luis Felipe, formó parte de
las dependencias que el rey alquiló a su hija y a su marido Leopoldo I, rey de
Bélgica. La chimenea data de 1750, con la remodelación que hizo Luis XV.
Salón
de la familia de Luis Felipe.
Este salón ocupa el espacio de dos habitaciones,
la antecámara de los juegos y el primer dormitorio de Luis XIV. Durante el
Primer Imperio, fueron: el Salón de los Grandes Oficiales y el salón de los Príncipes
del Emperador. En 1838, Luis Felipe unió los dos salones en uno solo para
destinarlo a las reuniones familiares y de invitados.
Salón
de Las Malaquitas. Esta sala fue gabinete de Luis XIV, después la habitación de
la duquesa de Borgoña, madre de Luis XV y más tarde, se convirtió en salón del
Emperador. En 1811 se instaló un mobiliario de malaquita procedente de Los
Urales. Fue un regalo que el Zar Alejandro I de Rusia regaló a Napoleón. De ahí
el nombre de salón de Las Malaquitas.
El
mobiliario original del Gran Trianon desapareció durante la Revolución. El actual,
la gran mayoría es de la época del Primer Imperio. Los cuadros, en cambio, son
de 1688.