Joaquin Carvallo era un
médico nacido en Don Benito, Badajoz . En 1906 compró el castillo de Villandry.
Se encontraba cerca de Lyon cuando escuchó hablar de esta propiedad y fue a
visitarla. Se encontró con un castillo casi desaparecido en medio de un bosque
de árboles y vegetación. Sin embargo el conjunto le gustó, el precio no le
pareció exagerado, 120.000 francos, y acto seguido firmó el contrato de compra.
Maqueta que se encuentra
en el vestíbulo para darnos una idea del conjunto del palacio y los jardines.
Tras terminar la carrera
de Medicina, viajó a París para trabajar con el doctor Charles Richet, premio Nobel en 1913 por sus investigaciones en Fisiología. En el laboratorio del doctor se enamoró de una joven, Anne Coleman, una becaria de Estados Unidos heredera de un importante negocio siderúrgico.
Salon (izquierda), con
muebles del siglo XVIII. Cuarto de trabajo de Carvallo (derecha). Era su lugar preferido y aquí fue donde elaboró los planos de cultivo del huerto.
Con la fortuna que
tenían, ya casados se fueron de París para buscar una casa donde vivir con sus
hijos y llevaron consigo una colección de arte español del siglo XVII que
habían ido adquiriendo, Zurbarán Alonso Cano, Berruguete...
Salón Comedor decorado
por el marqués de Castellane en el estilo del siglo XVIII.
Abandonó la medicina
para dedicarse en cuerpo y alma a restaurar Villandry y devolverle su estado
inicial. Se trasladó a vivir allí a primeros de 1907, pero la reconstrucción no
la comenzó hasta entrado septiembre, contando con la ayuda de 100 albañiles.
Realizados los primeros cambios, el aspecto del castillo cambió y tomó de nuevo
su estilo renacentista.
La cocina, única
estancia de estilo rústico.
Escalera de honor, hecha en piedra por el marqués de Castellane. Sus iniciales se pueden ver dibujadas en la baranda de hierro forjado, típica del siglo XVIII.
En la primera planta estaban las habitaciones del cabeza de familia y sus invitados. Actualmente han sido reacondicionadas, pero se conservan según las dispuso el marqués de Castellane en el siglo XVIII.
Habitación del príncipe
Jérôme, hermano menor de Napoleón que fue propietario de Villandry durante
algunos años de su Imperio.
Habitación de Joaquín
Carvallo. Le apasionaba el arte, la arquitectura y la historia. Sobre la
chimenea de la habitación hay una estatua de San Francisco en madera
policromada de Alonso Cano.
La biblioteca. Aquí
están reunidas obras y objetos que hablan de la vida del matrimonio Carvallo.
Habitación del huerto.
Desde aquí hay una bonita vista del huerto. Imagino que de ahí le viene el
nombre. El parquet es del siglo XVIII y combina distintos tipos de madera.
Habitación de los Fosos.
Era la habitación de Ann Coleman, esposa de Joaquín Carvallo, decorada en estilo
del siglo XVIII. Los cuadros que adornan esta estancia pertenecen a tres de los
hijos del matrimonio.
Galería de las pinturas.
La pasión de ambos por la pintura española, por el Siglo de Oro, concretamente,
les llevó a hacer una colección de cuadros que luego expusieron en el castillo.
Cuadros de la escuela de Murillo, Zurbarán...La colección se dispersó a causa
de las herencias, pero la que Henry Carvallo tiene en la actualidad la podemos
ver expuesta en Villandry.
Salón oriental. De este
salón lo que merece la pena ver es el techo. Es un artesonado procedente del
palacio de los duques de Maqueda, construido en el siglo XV en Toledo. En 1905
el palacio fue desmontado y Joaquín Carvallo se llevó a Villandry uno de ellos.
El artesonado se compone de 3.600 piezas y se necesitó un año de trabajo para
montarlo. (La foto no tiene buena calidad, está hecha con móvil y la habitación
tiene poca luz)
Habitaciones de los
niños.
El orden que he seguido
para mostrar el interior del castillo es ascendente, desde la planta baja hasta
llegar al torreón, desde donde hay una magníficas vistas de los jardines y del
valle.
Sus herederos han
conservado en el paso de los años el trabajo de su antecesor con la misma
pasión que él lo hizo. Sus puertas se abrieron en 1920 y como podéis ver en las
fotos, en el interior del castillo se
mantiene el ambiente familiar. El actual propietario es Henri Carvallo,
bisnieto de Joaquín y Ana.
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